El seguimiento detallado y documentado de la evolución de una palmera a lo largo de los años no solo nos permite admirar su crecimiento, sino que es fundamental para anticipar problemas, corregir deficiencias y garantizar su longevidad.
El control visual periódico es una herramienta clave en este proceso: gracias a él podemos detectar cambios sutiles en el estado de las hojas, el tronco o el entorno, signos tempranos de plagas, enfermedades o estrés hídrico.
Este registro visual se convierte, así, en una especie de “historia clínica” de la palmera, imprescindible para tomar decisiones informadas sobre su mantenimiento y conservación.
En este documento se presenta el seguimiento y la evolución de una palmera a lo largo de varios años, destacando cómo el control visual ha permitido velar por su salud y asegurar su óptimo desarrollo

